El mundo de las empresas no ha cambiado, ha evolucionado. El primero ya no es el que más cuota de mercado tiene, sino el que más se adapta a las nuevas tecnologías.

Muchos de nuestros clientes nos cuentan que su negocio no necesita presencia en Internet para funcionar. No lo han utilizado durante años, porque tampoco lo han necesitado, ya que con duro trabajo comercial y utilizando medios de comunicación locales, han conseguido construir una marca sólida y rentable en su nicho de mercado.

Esta situación ha hecho que nuestro tejido empresarial a nivel local se encuentre muy bien asentado y genere riqueza contínuamente, pero también provoca que solamente las empresas con mayor liquidez o con mejores contactos sean capaces de poder vender su producto a nivel autonómico o nacional.

El trabajo comercial como siempre lo hemos conocido consiste en contratar a una persona que mediante sus dotes y un gran producto, sea capaz de conseguir nuevos clientes para los productos o servicios de la marca. Esto es una manera 100% efectiva de conseguir clientes pero está limitada al número de comerciales que tengamos, el gasto económico que conlleva contar con tal equipo y la situación personal de cada uno de ellos a la hora de enfrentarse a los futuros clientes y cerrar el trato.

Sabemos que cerrar una venta no es fácil, innovar tampoco y conseguir un cliente que nos compre siempre a nosotros parece cosa del pasado. A veces hacen falta semanas o meses con tal de que un cliente que nos acaba de conocer, decida finalmente contratar nuestros servicios o comprar nuestros productos.

Hace falta estar presente en todo momento en los principales canales en los que nuestro futuro cliente consulte nuestra información, saber hacer un filtrado de todos los posibles clientes para decidir en cuales hay que hacer la mayor parte de la fuerza. Este filtrado conlleva tiempo y esfuerzo de nuestros comerciales.